20/5/09
Análisis sobre la ergonomía: Posturas del tipeo
El esfuerzo necesario para accionar las teclas, tanto en las viejas máquinas de escribir como en las clásicas máquinas braille, requieren mantener las muñecas en el aire para poder descargar la fuerza de los músculos del antebrazo sobre el teclado.
Esto no ocurre por supuesto con los teclados electrónicos, ya que los mismos requieren una fuerza mínima por pulsación, que puede ser resuelta fácilmente con la fuerza propia de los dedos. Esta fuerza esta estimada en el orden de un mínimo de 20gs (para evitar que se ejecute al posar los dedos) a 120gs (0.2 a 1.2 N)
Esta condición permite descansar las muñecas sobre un plano firme sin necesidad de soportar dicha transmisión de fuerzas, y permite la utilización del apoyabrazos, elemento fundamental para evitar cansansio y lesiones.